6.6.10

desqiciadia.

Entre una botella de alcohol y la pasión a veces vivo, giro las esquinas con sigilo y preocupación y desconfío. Entre cortes yo siento éste frío, mi castigo y mi delirio. La ambición como un ardor que nunca llega, la ocasión viene y se va para más tarde reprocharme que no pude alcanzarla. No hay venganza sin placer ni balanza, que plantee cual es el peso de las rabia, tras la mancha de un papel. Nunca tendré estabilidad emocional y eso me frustra, ¿Buscás una respuesta? Yo encuentro preguntas, divago en un sillón mientras las horas se consumen, oyendo... Pero ni uno que se ajuste a lo que puedo dar, a lo que soy, a lo que en realidad es hoy mi vida. Voy deprisa mentalmente pero ando sin medida y fácilmente me desquicio y ni Dios entiende mi vida. Entre una palabra y la duda queda el mar que nos inunda, cuan profunda es la galaxia que me ata a la locura y ya no hay cura hacia el desprecio que ahora siento hacia mi Musa. Es el momento de afrontar lo que ahora venga sin excusa. Nunca pedí nada más que ahogarme en un eterno silencio, que sentarme junto al lago y desahogarme con el viento y ya no es tiempo de cambiar ni de pensar en el destino, mi camino es inestable y mi corazón clandestino y por defecto, tan perfecto, entregarse al compromiso de pensar que fui real todo aquello que vivió, presté mi voz en melodías que caducan en tres días. La armonía vino a verme y se cansó de mis manías, y saber que muchos hablan pero pocos argumentan, me retan con excusas, quedan bien y esa es su meta, sin pensar si dañarán a los demás, sin importar a quién pisar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario