No lloro mis sentimientos porque después la tinta y el tiempo los arrastra lejos de creencias y valores que juzgan cuando hablo de mí misma ahorcada .Mientras tu cama se llena, mi pecho de vacía y el corazón me sufre: si lo pasé por el picachu, lo ensedè cono ,me lo mechó mi tristeza y me lo fumé caníbal... caníbal sin hambre pero con sentido. Deberías entender este sentido cuando reacciones; a mí me pesa tanto dentro, pero me he cansado del intento de arrojarlo por la ventana, ya que vuela alto ensangrentado hasta sofocarme la conciencia.
Pareciera que hasta los fantasmas que me persiguen tienen más color que yo, llevar más amarrado el inconformismo que mi propio órgano latidor.
Lo tatué entre calaveras y hadas, me miente palpitando entre esperanzas ramificadas de ese tal que los ilusos llaman amor, detalles minuciosos que bajan de recuerdos que arañan el sufrimiento que me rehúso a admitir como propio. Son regulares las arcadas para mi normalidad, un estilo de dolor más delicado que un hilo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario