Al fin que logrè apagar las luces, mis reclamos lúcidos se transformaron; entre parèntesis y con pequeñas dósis, no pondría mi corazón aunque se jugara el mismo de por medio. 6 paredes y casi un techo me separan de eternos días sin aliento, lagrimamos para no volarnos la cabeza como en un circo. El mismo circo que superamos en un ida y vuelta para que sea delicioso el gusto del encadenamiento. Y es èl que me hace latir y llena de placentera distorción mis días de veneno.
Desearía que mi delirio no fuera inventado.
Desearía que mi delirio no fuera tan letal.
Carcajiar lo suficiente como para aturdir tus oídos, clavarè sus pequeños pedacitos en las lastimaduras de mi pecho y en mi corazón de orgullo. Usarè uno de mis domingos para (en vez de peliar contra el suicidio) acomodar penas en el espacio anti-olvido, todos quieren vivir por la razón e ilusos no se avivan que la razón nunca existió! A èl le agrada envolverse entre mis piernas, a mi entre sus sàbanas y vivir para que no se nos haga leve nada.Ninguna obscura esencia podrá siquiera acercarse a mi conciencia porque se rajó de acá hace mucho y con un tiro, parte de mis días ambiciono seguirle. Nadie podría respirar ni comprender mi emoción, no me place la de encajar pero me quejo y quejo de ser así de anormal, deberìa poder resprimir a Maga cuando en cambio se me va la voz y mi corazón de a carchitos sangra màs y se sigue quebrando de a poquito.
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