6.8.10

ella


No tengo que tener miedo porque ella está cerca, no debo temer de lo que va a venir, va a venir de la mano con ella, sea lo que sea. Sonriendole a todo aquel que pueda convencerme con chamuyos de arrabal, derrochando sexo en esquinas frías, nada de eso me sacia y no es lo que quiero. Debo caminar siempre sonriente, por la cuerda floja, cintura pequeña. Temerosa de caerme, sólo debo recordar que cuando caiga habrá una escalera lista para que ser trepada, todo para intentarlo de vuelta. Nadie lo logra en el primer intento, ni en el segundo. Sé que cuesta, sé que llega el punto en que no querés, me he quedado sin sostén, todas esas personas que parecían estar desaparecieron. Y ya no se ve entre mis mejillas esa sonrisa que a más de uno atrajo cuando se dejaba ver. Sé lo que tuve pegado en la cara, y sé mejor que nadie lo que me costó arrancarlo, esa careta fría que guardé junto con el resto de compasión que me quedaba en un cajón, el cajón de mis lamentos.

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